Entre los métodos actuales para bajar de peso se encuentra uno muy popular llamado ayuno intermitente. Como su nombre lo indica, este se basa en ayunar durante un determinado periodo de horas, es decir, abstenerse a comer total o parcialmente hasta volver a comer de forma regular. Esta opción ha sido la solución para quienes seguían una dieta baja en calorías, pero se encontraban estancados en su pérdida de peso.
Esta estrategia de regulación de ingesta de comida y ayuno tiene varias frecuencias de tiempo, tales como: 14/10 consiste en hacer 14 horas de ayuno y comer durante una ventana de 10 horas. Luego se encuentra 16/8, 18/6 y así sucesivamente hasta 20/4. Esto terminará suponiendo una reducción de calorías diarias de 300-500, una cifra que terminará siendo significativa a largo plazo. Cabe destacar que, comer de esta manera reduce la ingesta total de calorías, sin embargo, no es necesario limitar los alimentos específicos que se vayan a consumir. Aunque el ayuno no sirve de nada si en las horas en las que puedas comer no te alimentas bien. Ante la duda, durante el periodo de ayuno, sí que se podrán tomar líquidos, siempre y cuando sean bebidas naturales que no contengan calorías.
Además de los tipos de ayunos comentados anteriormente, también existen otros tipos muchos más largos de 24 o más horas, hasta de días alternos, para obtener mayor información al respecto puedes consultar: https://www.dietdoctor.com/es/ayuno-intermitente . Realizar ayunos tan largos puede llegar a ser un desafío, puede llegar a causar malestares como dolores de cabeza, irritabilidad o fatiga. Puede que con el tiempo estos efectos disminuyan a medida que el cuerpo se va adaptando.
Cada persona lo experimenta de manera diferente, es por ello que, la opción más adecuada dependerá de cada individuo, por esta razón es necesario consultar con tu médico o especialista antes de iniciar uno de estos ayunos intermitentes.
Este método no es nada nuevo, es un antiguo secreto de salud que hasta recientemente había sido olvidado. Estudios científicos parecen hallar cada vez más motivos para apoyar esta “dieta”. Además, sus defensores afirman que este procedimiento es más fácil de llevar a cabo que esas tradicionales dietas estrictas que despiertan un apetito feroz que produce que a muchos se les haga imposible de cumplir y terminan sufriendo un efecto rebote debido a la gran ansiedad generada por las restricciones alimenticias a las que se exponen. Siempre y cuando se haga de forma correcta, esta costumbre puede otorgar múltiples beneficios como:
● Estimular la pérdida de grasa gracias a que mientras el cuerpo se encuentra en ayuno, este obtendrá la energía necesaria de las reservas, convirtiendo sus reservas de grasa en energía.
● Ayuda a controlar los niveles de insulina, ya que, al pasar por un periodo de ayuno tan grande los niveles de glucosa en sangre se mantienen más bajos durante más tiempo al igual que la insulina y la hormona del crecimiento se eleva, debido a que esta es inversamente proporcional a la insulina. Cuando la insulina está baja, la hormona de crecimiento sube y viceversa. Cuando la insulina se encuentra constantemente elevada, la oxidación de grasa no suele ser eficiente, en cambio, cuando esta se encuentra baja y la hormona de crecimiento se eleva, esto ayuda a mejorar tu composición corporal porque tu cuerpo tiende a utilizar la grasa como una fuente de combustible, y por si fuera poco, ayuda a aumentar masa muscular.
● Ayuda a la regeneración y reparación celular. Además, contribuye a que tu cuerpo se desintoxique y elimine material de desecho de una manera más eficaz.
● Mejora la resistencia a la insulina en vista que mejora los niveles de glucosa en sangre cuando llevas a cabo estos ayunos largos.
● Ayuda a bajar la presión arterial, colesterol y triglicéridos.
Contras:
A pesar de estos beneficios, el cuerpo de un hombre y el de una mujer no reaccionan de igual forma a un ayuno prolongado. En el caso de los hombres, el cuerpo se programa de una manera para utilizar las reservas de grasa como combustible para el cuerpo, de una manera en que metabólicamente no sufrió consecuencias mayores. Sin embargo, en el caso de las mujeres, comienza a reaccionar de manera negativa, un ayuno extenso puede hacer entrar al cuerpo en un estado de alerta, pudiendo alterar el metabolismo. Cuando la hormona cortisol está muy elevada, se comienza a acumular grasa a nivel abdominal, se empieza a desgastar masa muscular, picos de insulina irregulares. Y por si fuera poco, la hormona que se encarga de regular el apetito se dispara, lo que generará más ansiedad e irritabilidad. En casos extremos esto afectaría a las hormonas reproductivas, ocasionando la falta de periodo menstrual y alterando la fertilidad.
Este procedimiento no se trata de nada mágico, únicamente que cuando se entre en déficit calórico, se tiende a perder grasa, y hay personas a las que esto se les dificulta, dado que tienen que fraccionar esa cantidad de nutrientes para tener la cantidad necesaria de calorías al día en tantas comidas, ya que, sin darse cuenta se exceden y no logran ese déficit que buscan obtener para conseguir los resultados deseados, es aquí cuando aparecen los pensamientos de culpabilidad. En vista de eso, deciden hacer el ayuno intermitente para consumir esas calorías con tan solo 2-3 comidas al día.
Esto puede estar motivado por diferentes motivos: bien sea por salud, razones espirituales, entre otras. Hay para quienes ayunar significa limpiar el cuerpo y el alma, incluso solía ser llamado limpieza o purificación. Es un proceso totalmente natural que no implica ningún tipo de suplementos o pastillas, los cuales a veces pueden llegar a ser contraproducentes. Recordemos que nuestros cuerpos están diseñados para almacenar alimentos en tiempos de disponibilidad y liberarlos en tiempos de escasez.
Debemos recordar que no hay verdades absolutas, algo que para algunos es bueno, para otros quizás no resulta conveniente. Hay a quienes les funciona este mecanismo, y hay quienes prefieren no hacerlo porque necesitan arrancar su día con un buen desayuno que active el metabolismo y aporte esa energía necesaria para empezar el día.
En el mundo del fitness y la nutrición todo es muy complejo, debido a que existen muchas tendencias que aplican más para un tipo de personas que para otras y viceversa, y hay estudios que respaldan y apoyan tanta unas cómo otras. Recordemos que no todos somos iguales, y que existe una bio-individualidad, “lo que es alimento para una persona, es veneno para otra”. Es por esto que, no se pueden generalizar las dietas porque cada cuerpo metaboliza los alimentos de manera diferente. La alimentación de cada persona estará determinada por distintos factores: edad, género, actividad física, etc. Una persona adulta no come igual que un niño o adolescente, tampoco los requerimientos nutricionales de un hombre serán los mismos que necesite una mujer embarazada. Por eso es necesario saber qué es lo que aplica mejor para ti y no simplemente seguir las tendencias.
Hay quienes prefieren comer tres comidas más sustanciosas porque no les satisface el hacer cinco comidas al día con porciones más reducidas cada 3-4 horas.
No es recomendable realizar ayuno intermitente en los siguientes casos:
● Menores de 18 años que todavía necesitan nutrientes para crecer y terminar de desarrollarse correctamente
● Si se está por debajo del peso apropiado o si se padece de algún desorden alimenticio
● Si se está embarazada, o en periodo de lactancia puesto que, la madre necesita alimentarse lo mejor posible para proporcionar los nutrientes suficientes al bebé
Si se tiene alguna condición médica es preferible que se consulte con su médico.
Para ayudar a tu proceso de bajar de peso, no olvides hacer ejercicio.
Referencia bibliográfica:
Fung, J. (2020, 30 septiembre). Ayuno intermitente. Diet Doctor. https://www.dietdoctor.com/es/ayuno-intermitente
Leonard, J. (2020, 16 abril). Siete formas de hacer ayuno intermitente. MedicalNewsToday. https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/siete-formas-de-hacer-ayuno-intermitente
fotografia recuperada de: https://www.wix.com/account/sites
Comments