Las legumbres son unos de los alimentos más recomendables para tener una alimentación saludable y equilibrada. El garbanzo, es una especie de leguminosa que proviene de la semilla de la planta del garbanzo “Cicer arietinum”. No se sabe a ciencia cierta su origen, algunos testifican que proviene del Mediterráneo y que, posteriormente, se expandió a Persia, al Asia Central y al territorio indio.
El garbanzo, a lo largo de la historia, se ha llegado a cultivar en múltiples lugares cómo: Asia, África, América y Europa. Esta diversidad de cultivados y condiciones tanto climáticas, cómo de las tierras y culturas, han dado como resultado una amplia variedad de garbanzos, se estima que existen unos 40 tipos de garbanzos en el mundo. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en su portal oficial, en España son cinco los tipos de garbanzos que existen:
Garbanzo Castellano: este tipo también es conocido como garbanza en algunas regiones. El más reconocido o famoso dentro de esta categoría es el garbanzo de Fuentesaúco de Zamora, el cual tiene denominación de origen protegida. Estos se caracterizan tener un aspecto de color amarillo claro, piel arrugada y un pico pronunciado. Son muy versátiles y se prestan para un sinfín de recetas, tales como: purés, cocidos, ensaladas, salsas, hummus, etc.
Garbanzo Blanco lechoso: este tipo es particularmente de cultivo en Andalucía y Extremadura. Este se diferencia del resto por su forma alargada y aplanada, con un color como crema casi blanca. Su textura firme y de sabor suave lo hacen especiales para la elaboración de guisos y potajes.
Pedrosillano: este tipo se cultiva en Castilla y León, Castilla-La Mancha y Andalucía. Es de forma redondeada, de piel lisa y de textura firme, por lo que, requiere un mayor tiempo de cocción. Suele utilizarse para potajes, caldos y ensaladas.
Garbanzo Chamad: es obtenida por hibridación del garbanzo castellano.
Garbanzo venoso andaluz: Este tipo es cultivado en Granada. Es de forma gruesa y alargada y posee un sabor más intenso y fuerte que el resto, lo que lo hace ideal para potajes, pucheros, aunque no por eso dejar de funcionar para el resto de elaboraciones. A través de esta, también se pueden hacer harinas de legumbres.
Tradicionalmente hemos comido los garbanzos en platos de cuchara, guisados con chorizo, salteados, de manera más ligera en ensaladas y hasta es una especie de crema conocida como hummus. El garbanzo es una legumbre conocida por sus importantes cualidades nutritivas y culinarias, 100 g de este alimento proporcionan unas 350 kcal, 44 son hidratos de carbono, 5 de grasa y 15 de fibra.
Este alimento es muy recomendado para personas que se encuentran en plena etapa de crecimiento, deportistas, embarazadas, veganos y vegetarianos. Aunque los garbanzos destaquen por su gran contenido proteico, tienen una baja digestibilidad proteica, es decir, la facilidad con que es convertido en el aparato digestivo en sustancias útiles para la nutrición. Es por ello que, se aconseja que estos sean acompañados de arroz, pasta, pan, o inclusive carne o pollo, para así asegurarnos de que la comida tenga todos los aminoácidos esenciales.
Beneficios y propiedades:
-Ato contenido de fibra, potasio, vitamina C y B6. Todo esto contribuye a la salud de nuestro corazón porque ayuda a reducir la cantidad de colesterol en la sangre, lo que nos protege de enfermedades cardiovasculares. Diversos estudios han demostrado que quienes padecen de diabetes y consumen dietas altas en fibra tienen menores niveles de glucosa en sangre.
-Su riqueza en fibra mejora el tránsito intestinal, lo que ayuda a combatir el estreñimiento y a saciar el apetito. La fibra suele ser un factor importante en el control del apetito, ya que, esta funciona como elemento saciante, lo que nos hará sentirnos llenos por mucho más tiempo y así reducir nuestro consumo total de calorías al día.
-Son ricos en minerales como calcio, zinc, magnesio, hierro, potasio y fósforo, lo cual hace mejorar las defensas de nuestro organismo, y por si fuera poco, contribuyen al mantenimiento de la estructura y la resistencia ósea.
-Gracias a su aporte en hierro, es un buen aliado para todas aquellas personas que padecen de anemia.
-Su elevado contenido en potasio y escasa presencia de sodio, este alimento favorece la diuresis (secreción de la orina), lo cual resulta beneficioso en casos de hipertensión arterial y piedras en el riñón.
Contraindicaciones:
-En general, todas las legumbres suelen provocan inflamaciones y flatulencias debido a la presencia de las lectinas, unas proteínas defensivas de las plantas que se enlazan a los hidratos de carbono y nuestro cuerpo no puede digerir. Esto pudiera generar problemas en personas con problemas intestinales o estomacales, es por ello que, hay que seguir una serie de recomendaciones al momento de cocinarlas para así evitar en la medida de lo posible que ocasionen tantos gases.
Es aconsejable dejar los garbanzos a remojo en agua en un intervalo de tiempo de entre12-24 horas antes de cocinarlas. De esta manera, la cascara se ablanda y hara falta menos tiempo de cocción.
Ingredientes:
-½ cebolla
- ½ pimiento rojo
-1-2 dientes de ajo, según su tamaño
- en esta ocasión haremos ½ bote de garbanzos cocidos para dos personas, pero puedes optar por hacer el bote entero.
-pimentón dulce
-leche evaporada
-sal
-opcional: puerro, cebolleta, o algún otro vegetal que desees añadir.
Procedimiento:
1. Cortamos los vegetales en cuadraditos pequeñitos y sofreímos en el sartén con un poco de aceite de oliva hasta que estén blanditos.
2. Agregamos los garbanzos cocidos, revolvemos y añadimos la leche evaporada
3. Añadimos 2 cdtas de pimentón dulce y sal al gusto.
4. Dejamos cocinar por 10-15 minutos aprox. hasta que la leche se haya consumido un poco.
Si deseas probar otra variante de esta receta, puedes hacer el mismo procedimiento, pero descartando la leche evaporado y el pimentón dulce, y en cambio, incorporaras tomate natural, como por ejemplo tomate tamizado, sino te recomiendo utilizar un tomate frito sin azúcares añadidos.
Referencia bibliográfica:
Fotografía y vídeo: Andrea Fernández.
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